Oshosi
Cazador, Brujo
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Dueño del arco y la flecha y todo lo que implique la
caza.
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Ochosi
es el Orisha cazador y protector de los que
tienen problemas con la justicia, pertenece al grupo de orishas llamados guerreros,
que son recibidos como una de las primeras consagraciones en la religión
yoruba. En esta religión es considerado como el dios de la cárcel y quien a su
vez puede ayudar, mediante diversas ofrendas, a evitar que alguna persona pueda
ser encerrada en la misma.
§
Es dueño del
arco, la flecha y la cacería en los montes de la vida.
§
Protege al
fugitivo, da carne al hambriento.
§
Hace polvo a
las rejas de la cárcel.
§
El pidió a
Osain la sabiduría sobre todo el palo, bejuco, árboles, matas y hojas.
§
Amigo de Osain,
astuto, ágil y valiente.
§
Habla por medio
de la interpretación de cocos y caracoles.
§
Representa la
justicia divina, se dice que no se le piden favores contra nadie si no es una
cuestión de justicia; si la persona a la que se le pide de sus favores es
injusta este no obrara para el bien de esa persona sino que lo castigara.
§
Conoce todos
los pájaros y es el mejor cazador con puntería perfecta, ya que de acuerdo con
las leyendas de la religión Yoruba (Pattaki) siempre da en el blanco su flecha.
§
También vemos como esté
orisha castiga la desobediencia con la prisón, persecución y muerte.
Oshosi
Es el Orisha que se le considera mago o brujo. Forma parte de los Orishas guerreros.
Familia
Hijo de
Obbatala y Yemaya. Hermano de Shango, Oggun, osain. Esposo de Ochun con quien tuvo a Logun Ede.
Patrón de los que tienen
problemas de justicia, y que es un gran cazador y pescador.
Ochosi vive en la puerta de
la cárcel y en el monte con Oggún.
Sus colores:
Son el verde, por el monte,
que habita con Oggún,
el negro, por
símbolizar la cárcel, la muerte, la soledad, el dolor y la nostalgía.
El morado, lila y violeta,
por reflejar la melancolia.
Sus
colores son el azul y el coral.
Es el mejor de los cazadores, siempre anda junto con Oggún después de un
pacto que hicieron en casa de Orula, desde ese momento convinieron que eran
necesarios el uno para el otro, y que separados no eran nadie. es dueño del
arco y de la flecha, y de todos los instrumentos de caza, es la inventiva la
inteligencia, mientras ogun representa la materia prima y la fuerza...
La antigua
leyenda
En el signo IROSO OGUNDA (4 - 3), nace este pataki de OGGUN Y
OSHOSI:
Ochosi es el mejor de los cazadores, y sus flechas no fallan nunca. Sin
embargo, en una época nunca podía llegar hasta sus presas porque la espesura
del monte se lo impedía, desesperado fue a ver a Orula, quien le aconsejó que
hiciera ebbó. Ochosi y Oggún eran enemigos porque Echu había sembrado cizaña
entre ellos, pero Oggún tenía un problema similar. Aunque nadie era capaz de
hacer trillos en el monte con más rapidez que él, nunca conseguía matar a sus
piezas y se le escapaban. También fue a ver a Orula y recibió instrucciones de
hacer ebbo.
Fue así que ambos rivales fueron al monte a cumplir con lo suyo. Sin darse
cuenta, Ochosi dejó caer su ebbó (ofrenda, trabajo mágico) encima de Oggún.
Tuvieron una discusión fuerte, pero Ochosi se disculpó y se sentaron a conversar
y a contarse sus problemas. Mientras hablaban a lo lejos pasó un venado. Rápido
como un rayo, Ochosi se incorporó y le tiró una flecha que le atravesó el
cuello dejándolo muerto. Ves, dijo Ochosi, yo no lo puedo coger. Entonces Oggún
cogió su machete y en un abrir y cerrar de ojos abrió un trillo hasta el
venado. Muy contentos, llegaron hasta el animal, y lo compartieron. Desde ese
momento convinieron en que eran necesarios el uno para el otro y que separados
no eran nadie, por lo que hicieron un pacto en casa de Orula. Es por eso, que
Ochosi el cazador, siempre anda con Oggun el dueño de los hierros y metales.
Ofrendas
§
Animales
preferidos:
§
Se le Inmolan paloma, chivo, gallo, codorniz, pollo, venado, gallina de guinea,
jutía, etc.
Vegetales preferidos:
Adimuses:
Ñame, alpiste, aguardiente anisado, granadina, tabacos,
§
Receptáculo:
Freidera de barro a utilizar junto con Oggún.
Pataki de Oshosi
OSHOSI ES
CASTIGADO
De él se dice
en un patakín que era mentiroso y tramposo .
Y por tal motivo fue desterrado del
reino de los Orishas por olofín (Dios), pero Ochosi quiso reivindicarse y le
propuso a Olofí cazarle 24 perdices para que lo perdónara y lo dejara entrar de
nuevo al reino de los Orishas.
Fué al monte
y cazó las 24 perdices, se sintio muy felíz y contento y quiso compartir su
alegría y la felicidad con su madre y le contó la proposición que había echo
con Olofí y le dijo que llevaba en el jubón de caza las 24 perdices que le
habia prometido a Olofí.
Ella en un
descuido de él, llena de felicidad y alegría, y en forma de juego sustrajó del
jubón una perdíz y se la introdujo en su seno donde la escondió.
Ochosi de
nuevo cogió su jubón y se dirigió donde Olofí lo esperaba para que cumpliera lo
que habia prometido en el pacto.
Como Ochosi
era tan mentiroso y tramposo, aún Olofí no le tenía confianza con sus palabras
y actos y decidió contar las perdices, y con gran sorpresa se dió cuenta que
solamente había 23.
Y con gran
dureza increpó a Ochosi y le dijo que seguía siendo él mísmo mentiroso y
tramposo de siempre y por lo tanto lo volvía a desterrar a andar errante por
los montes sólo y triste.
Ochosi se
llenó de mucha tristez y caminó de nuevo hacia su casa, por el camino cogió de
su jubón una flecha y la lanzó al aire diciendo:
Que se
clavara esa flecha en el corazón de la persona que le había robado la perdiz.
Después de
hacer esto echó a andar derecho hacía su casa y llamó repetidas veces a
su madre, no encontrando respuesta a su llamado, fué hacia el fondo del patio
donde habia un huerto que su madre cultivaba y la encontro tirada en el suelo
muerta, atravesado el pecho en donde estaba la perdiz, por una flecha que él
con gran terror y dolor descubrió que era su propia flecha; se dió cuenta que
su mamá era la que por su propia cabeza le había ocultado la perdiz.
el joven
Ochosi pensó:
“He matado a
mi propia madre”, y se desprendió a correr en busca de un escondite.
Mientras
tanto del corazón de la madre brotó un torrente tan fuerte que los ríos
crecieron hasta formar los mares.
Ochosi corrió
días y días hasta que exhausto cayó rendido a la orilla del mar. Cuando
despertó oyó la voz de Yemayá que le decía: “Necesitas tiempo para que se
arreglen las cosas. Mientras tanto ve con tu hermana Oshún que vive en el río y
ella te esconderá.”
Por aquel
entonces Oshún vivía con Inle quien instruyó a Ochosi en los secretos de la
pesca y la medicina. Así pasaron algunos años, hasta que un día Yemayá fue en
busca de Ochosi para llevarlo ante su padre. Ochosi se postró y pidió perdón.
Olofin sentenció:
–Como castigo
a tu soberbia trabajarás para siempre con tu hermano Ogún. ¿Tienes algo que
decir?
–Sólo quiero
que en agradecimiento a Yemayá y Oshún se me deje usar un collar de cuentas
azules y amarillas.
–Concedido,
pero llevará tres cauris para que nunca olvides las codornices por las cuales
mataste a tu madre
Esté Patakín es
donde se desprende que siempre un hijo tenga problemas de justicia no se puede
hacer trabajos con Ochosi delante de la madre.
CARACTERISTICAS DE LOS HIJOS DE OSHOSI
Son inteligentes, rapidos, atentos, despiertos, agiles, llenos de
mucha iniciativa, hospitalarios, protectores, amante de la familia, son
personas nomadas, bohemias e inestables.
Representan dos tendencias tanto contradictorias: o son personas
que sufren de injusticia por los malos tratos recibidos y desconsideraciones de
los demás; o han padecido y posteriormente se han sobrepuesto a estas
situaciones y son capaces de alcanzar el verbo para defenderse o incluso han
alcanzado el desarrollo intelectual y profesional para ejercer alguna función
en la abogacía, la fiscalía o de algún puesto con relación a estas profesiones,
entre otras características relacionadas con la caza, la flora y la fauna.
Pataki de Ochosi
<<El Camino de
Ochosi y Aye.>>
I) En este Pataki o historia; Aye
era la mujer de Ochosi. Este era muy mujeriego; por este motivo
no le hacia caso a Aye, hasta que se separo de ella. Alumo, que por aquellos
tiempos era un hombre fuerte y vividor también, de muy buen aspecto y un poco
jactancioso, le sirvió a Aye para provocarle a Ochosi celos. Aye se fue con
Alumo a las montañas sin que Ochosi supiera donde estaba Aye, y sin saber donde
vivía. Entonces Ochosi decidió seguir una vida de romance en romance.
Alumo se dedico a
alardear que le había quitado la mujer a Ochosi, quizás para provocare aun mas
celos. De esa manera Elegua y Eshu se enteraron de dichos rumores y decidieron
ir a la ciudad a contrarselo a Ochosi, pero este no les presto mucha importancia.
En otra oportunidad se enteraron Eshu y Ogun de que Alumo
comentaba que Ochosi era un cobarde. Ellos se lo contaron a este ultimo,
el cual se enfureció y, a continuación, cargando con todas sus flechas se
encamino a la montaña. Al irse aproximando, Alumo que estaba encima de la
montaña lo vio. Sentado y teniendo a Aye en sus piernas espero hasta que Ochosi
con su arco le lanzo una flecha que lo alcanza y lo mata, y pudo rescatar a Aye
que permanecía aun entre los brazos de Alumo, tomandola y llevandola de nuevo
para su tierra
La menstruación
Odé era cazador y vivía con su mujer.
Cuando cazaba algún animal, lo ponía al pie de un árbol para que Olofin
tomara de su sangre. Su mujer se dio cuenta que los animales llegaban a casa
sin sangre y le peguntó a su marido el porqué. Odé evadió el argumento y ella
no quiso insistir.
Días más tarde, la mujer cogió el saco donde Odé metía los animales y le
echó cenizas, le abrió un hueco y Odé se fue a cazar dejando el rastro que ella
siguió. Estaba ansiosa por descubrir qué hacía su marido con aquellos animales.
Cuando Odé llegó donde acostumbraba hacer las ofertas, Olofin le
preguntó con quién había ido. Odé contestó que con nadie. Olofin le dijo que
entonces quién era esa mujer escondida detrás de los árboles. Odé contestó que
no podía distinguirla. Olofin dijo: “oiga curiosa, si sangre quieres ver sangre
tendrás para siempre”.
Así nació la menstruación de las mujeres.
OSHOSI ES
CASTIGADO
Tres veces un
cazador llamado Oshosi capturó codornices para complacer a Olofin y tres veces
alguien dejó en libertad a las palomas haciéndolo quedar en ridículo.
Cuando por fin
pudo entregar una codorniz en manos del Supremo Hacedor, este le dijo: “Pide un
deseo y te será concedido.” El joven armó el arco con una de sus formidables
flechas y exclamó con furia: “Quiero que esta flecha atraviese el corazón de
quien me robó las palomas.”
En medio de un
bosquecillo de bambú se escondía Yemú, abochornada por los ultrajes a que la
había sometido su hijo Ogún. De su llanto habían nacido los ríos. Era ella con
su inmensa bondad, la que había dejado en libertad las codornices que apresara
su hijo, a quien había criado a escondidas del padre. La flecha atravesó la
inmensidad del cielo y fue directamente a su corazón.
Olofin al verla
caer abatida, la reconoció de inmediato y exclamó:
–¡Has matado a
mi mujer!
Confundido por
el suceso y sabiéndose autor de un terrible crimen, el joven Ochosi pensó: “He
matado a mi propia madre”, y se desprendió a correr en busca de un escondite.
Mientras tanto
del corazón de la madre brotó un torrente tan fuerte que los ríos crecieron
hasta formar los mares.
Ochosi corrió
días y días hasta que exhausto cayó rendido a la orilla del mar. Cuando
despertó oyó la voz de Yemayá que le decía: “Necesitas tiempo para que se
arreglen las cosas. Mientras tanto ve con tu hermana Oshún que vive en el río y
ella te esconderá.”
Por aquel
entonces Oshún vivía con Inle quien instruyó a Ochosi en los secretos de la
pesca y la medicina. Así pasaron algunos años, hasta que un día Yemayá fue en
busca de Ochosi para llevarlo ante su padre. Ochosi se postró y pidió perdón.
Olofin sentenció:
–Como castigo a
tu soberbia trabajarás para siempre con tu hermano Ogún. ¿Tienes algo que
decir?
–Sólo quiero
que en agradecimiento a Yemayá y Oshún se me deje usar un collar de cuentas
azules y amarillas.
–Concedido,
pero llevará tres cauris para que nunca olvides las codornices por las cuales
mataste a tu madre.
LA MUJER DEL
CAZADOR
Ochosi iba
todos los días a cazar animales, los que ofrendaba a Olofin y tomaba las carnes
para su sustento.
Su mujer,
decidida a averiguar el misterio de las presas desangradas, agujereó el apó que
se usaba para su traslado y al día siguiente siguió el rastro que dejaba. Así
llegó al lugar donde su esposo confiado esperaba para hacer su sacrificio. Una
vez allí se escondió presurosa entre unos arbustos.
Poco después se
presentó Olofin que no ignoraba la presencia de la mujer y decidió castigar su
indiscreción, por lo que cuando Ochosi fue a presentarle su ofrecimiento le
dijo:
–Dile a tu
mujer que salga de atrás de esos arbustos.
La mujer
sorprendida salió de su escondite y se inclinó al Hacedor quien pronunció su
sentencia:
–La curiosidad
te hizo seguir la sangre, por eso a partir de hoy cada cierto tiempo la verás
en tu cuerpo para que nunca olvides la falta cometida.