OLOFIN LE TENIA MUCHA LASTIMA A OBBI
Obbi era justo y puro de corazón, modesto y sencillo como los justos OLOFIN le hizo el corazón blanco, así como las entrañas y la piel. Y lo elevó a gran altura. Pero OBBI se envaneció en las alturas.
A su servicio estaba Eleguá criado de OLOFIN también, éste conocía a los innumerables amigos de OBBI, entre éstos, a los grandes de la tierra los akuko colerozú tabi anisesé ,obbini , ayiyeba legué , también se contaba a los pobres, los Aimiochí , Aburegué , A mié, Alakisa, Alegbe, tente fea miserable, sucia, llagada, pordiosera.
Los feos, los deformes y los hermosos, los limpios, los sucios, todos querían a OBBI. Eleguá había observado el cambio de OBBI, le había advertido detalles de arrogancia y de orgullo que manchaban invisiblemente su inmaculada blancura y en vez de invitar a los RICOS exclusivamente (como era intención de OBBI), solo invitó a los limosneros, harapientos y mal clientes, hombres y mujeres defectuosos, de fealdad repugnante. Cuando Obbi contempló a aquella turba el día de la fiesta; les preguntó fuera de sí: quien los había invitado, respondiéndoles ellos que Elegua en nombre suyo.
Obbi los despidió no sin haberles reprendidos dura mente por haberse presentado ante él en ese estado de suciedad y abandono. Así los miserables de la Tierra se marcharon abochornados de la casa de OBBI, y Eleguá se negó a llevarlo y le contó la conducta inclemente del puro, del justo, del intachable OBBI.
Olofin se disfrazó de mendigo y fue a buscarlo. Obbi al ver aquel Okure sarnoso que amenazaba contaminar lo con sus guiñapos hediondos, le pidió que se alejara y le increpó por no haberse bañado y vestido con un aché limpio antes de presentarse; le volvió la espalda. Entonces OLOFIN sin fingir la voz, pronunció su nombre con indignación y OBBI se volvió extrañado, reconoció a OLOFIN y se arrojó a sus plantas y dijo: perdón. OLOFIN, le dijo: OBBI , tus eres justo, por eso te hice blanco de corazón, te di un cuerpo que era digno de tu corazón. Pero ahora para castigar tu orgullo, aunque conservarás blancos las entrañas, trabajarás de tus alturas para rodar y ensuciarte en la tierra.
El castigo consistió en caer de las ramas y rodar por el suelo.
( NO SE DEBE SER ORGULLOSO NI DESPRECIAR A LOS QUE NO TIENEN NADA )
Obbi era justo y puro de corazón, modesto y sencillo como los justos OLOFIN le hizo el corazón blanco, así como las entrañas y la piel. Y lo elevó a gran altura. Pero OBBI se envaneció en las alturas.
A su servicio estaba Eleguá criado de OLOFIN también, éste conocía a los innumerables amigos de OBBI, entre éstos, a los grandes de la tierra los akuko colerozú tabi anisesé ,obbini , ayiyeba legué , también se contaba a los pobres, los Aimiochí , Aburegué , A mié, Alakisa, Alegbe, tente fea miserable, sucia, llagada, pordiosera.
Los feos, los deformes y los hermosos, los limpios, los sucios, todos querían a OBBI. Eleguá había observado el cambio de OBBI, le había advertido detalles de arrogancia y de orgullo que manchaban invisiblemente su inmaculada blancura y en vez de invitar a los RICOS exclusivamente (como era intención de OBBI), solo invitó a los limosneros, harapientos y mal clientes, hombres y mujeres defectuosos, de fealdad repugnante. Cuando Obbi contempló a aquella turba el día de la fiesta; les preguntó fuera de sí: quien los había invitado, respondiéndoles ellos que Elegua en nombre suyo.
Obbi los despidió no sin haberles reprendidos dura mente por haberse presentado ante él en ese estado de suciedad y abandono. Así los miserables de la Tierra se marcharon abochornados de la casa de OBBI, y Eleguá se negó a llevarlo y le contó la conducta inclemente del puro, del justo, del intachable OBBI.
Olofin se disfrazó de mendigo y fue a buscarlo. Obbi al ver aquel Okure sarnoso que amenazaba contaminar lo con sus guiñapos hediondos, le pidió que se alejara y le increpó por no haberse bañado y vestido con un aché limpio antes de presentarse; le volvió la espalda. Entonces OLOFIN sin fingir la voz, pronunció su nombre con indignación y OBBI se volvió extrañado, reconoció a OLOFIN y se arrojó a sus plantas y dijo: perdón. OLOFIN, le dijo: OBBI , tus eres justo, por eso te hice blanco de corazón, te di un cuerpo que era digno de tu corazón. Pero ahora para castigar tu orgullo, aunque conservarás blancos las entrañas, trabajarás de tus alturas para rodar y ensuciarte en la tierra.
El castigo consistió en caer de las ramas y rodar por el suelo.
( NO SE DEBE SER ORGULLOSO NI DESPRECIAR A LOS QUE NO TIENEN NADA )
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Luis Felipe culular 04120141616